Una propuesta de animación a la lectura basada en la libertad

José David Castillo Arias
@jdca2a
Recurso para el profesorado. Biblioteca.


INTRODUCCIÓN

Desde 1997 cada 24 de octubre se celebra en España el Día de la Biblioteca, una iniciativa de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. 

La biblioteca presta un servicio inestimable a la sociedad, pero la biblioteca sin usuarios no tiene sentido, de ahí que en los últimos años se hayan intensificado las campañas de formación, sobre todo dirigidas a escolares. Como dice el pedagogo Joan Portell Rifá, "desde su nacimiento a su desembocadura, a pesar de múltiples obstáculos, trasvases y esclusas que dificultan el flujo natural de agua, el camino de la formación de los lectores es seguido con éxito por la mayoría de niños y niñas, llegando a desembocar en el mar de los lectores" 


Constantemente aparecen nuevas recopilaciones de consejos y decálogos en pro de la animación a la lectura. Este trabajo, realizado para el curso "Espacios de lectura. Leer, aprender e investigar en todas las áreas" (INTEF, Cursos de formación en red del profesorado, octubre de 2014) incluye una revisión de algunos de ellos y una aportación personal. Puede servir de guion para actividades de fomento o animación de la lectura, por sí solo o en unión con otros materiales, como los expuestos en Carteles para fomentar la lectura en los niños, de Ana Galindo.






DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Nuestra propuesta tiene como objetivo fomentar la lectura en libertad, como complemento de la lectura dirigida (las famosas "lecturas obligatorias"). Ambos tipos de lectura deberían tener sus espacio dentro del horario escolar: la segunda sirve como apoyo de los conocimientos teóricos impartidos; la primera afianza el hábito de leer como una actividad de ocio y como una opción personal. Así lo expresó el matemático indio Shiyali Ramamrita Ranganathan, considerado en su país como padre de la Biblioteconomía, en dos de sus cinco Leyes de la Biblioteconomía: "a cada lector su libro" y "a cada libro su lector". 

La libertad debe presidir este encuentro entre lectores y libros, si queremos que la relación sea duradera. Como dice Frank Serafini en su página web, "No hay niño que odie leer; solo hay niños que no han encontrado el libro correcto."



Y esta libertad debe guiar nuestra exploración. La Primera regla para el fomento de la lectura del blog Nosololibros, blog de la Biblioteca del IES Francisco de los Ríos, de Fernán Núñez (podemos ver todas estas reglas en una presentación en Slideshare) es muy clara en este sentido:

"Deja que descubran el bosque. Deja que se pierdan en las hojas, deja que lean lo que quieran, deja que lean lo que les de la ganaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Déjalos solos en el bosque. La lectura es la soledad. El bosque es la soledad. Sufrirás..., sufrirás tú, ellos no, pero déjalos solos en el bosque."



Una de las grandes ventajas de la lectura es el poder que tiene para facilitar la evasión del lector, el cual, en casos extremos, confunde realidad y ficción, como Alonso Quijano. Y, aunque resulte paradójico, cuanto más exploramos otros mundos y otras épocas, mejor conocemos el lugar y el tiempo en que vivimos. Aquí cabe recordar uno de los famosos derechos del lector de Daniel Pennac, el derecho al bovarismo, que califica como enfermedad de transmisión textual (estas reglas aparecieron en 1992 en su obra Como una novela, de la que podemos ver algunos extractos en este enlace).



La libertad en la lectura también implica elegir sin presiones, y ser valiente y leer incluso lo que no está de moda, como la poesía. O leer incluso libros que, aparentemente, no son "apropiados" para una edad determinada. Otro de los derechos formulados por Pennac es el derecho a leer lo que sea. Y también aquí podríamos traer a colación una decálogo "negativo", los Diez consejos infalibles para que los niños ODIEN los libros (para padres y maestros), que aparece dentro del libro de Carles Girbés Guia pràctica per a fer fills lectors, citado dentro del blog  Algún día en alguna parte.




De nuevo acudimos a Daniel Pennac y a su decálogo de derechos del lector: tenemos derecho a saltarnos páginas y tenemos derecho a no terminar un libro. Eso sí, debemos de ser pacientes al principio: no todas las lecturas resultan atractivas desde la primera página y a veces hay que darles un tiempo. Pero pasado este período de tregua, si la relación con el libro no nos satisface, lo mejor es la retirada, amistosa a ser posible.





Como colofón, se recomienda la lectura del prospecto publicado en el blog Librosfera. Ahí veremos las propiedades de un medicamento denominado Lecturil Plus. 

La presentación completa de las Siete claves, a continuación:



RECURSOS TIC UTILIZADOS
  • AMPERGRAM para la ilustración que acompaña al título.
  • EMAZE para la presentación.





1 comentario:

Josefa Marín Saura dijo...

Me gusta mucho tu propuesta.A veces al no existir esa libertad de elección hace que se pierda el gusto y placer por la lectura. Se convierte en algo tedioso, una obligación académica sin más.